Flores de Egipto, portadoras de ofrendas


Portadoras de ofrendas
Tebas, tumba de Menna
(Reinado de Thutmés IV, 1420-1411 a. de J.C.)
De Ancient Egyptian paintings, de Mrs. Nina M. Davies

Opere mirabili della natura


Leonardo da Vinci elogia las «obras maravillosas de la naturaleza» (opere mirabili della natura) y escribe que «nunca se encontrará invento más bello, más sencillo o más económico que los de la naturaleza, pues en sus inventos nada falta y nada es superfluo»

Jardinosofía


«Si quieres ser feliz una hora, bebe un vaso de vino;
si quieres ser feliz un día, cásate;
si quieres ser feliz toda tu vida, hazte jardinero».
Proverbio chino

Desde los jardines colgantes de Babilonia hasta los huertos ecológicos de las «guerrillas urbanas», el jardín ha sido un reflejo de la sociedad. Quien tiene la suerte de contar con un trozo de verde alrededor de su casa, se enfrenta a una decisión complicada: ¿vallarlo y cultivar coles? ¿Decorarlo con una línea de setos perfectamente recortados? ¿Colocar unos columpios y una fuente? ¿Sentarse allí a mirar el horizonte pensando en la inmensidad del cosmos? Y parecidas preguntas se hacían ya los filósofos presocráticos, los decadentes franceses versallescos y el primer misántropo que se fue a vivir a unas ruinas en medio de un bosque. La forma en que usamos esa «naturaleza domesticada» que son los jardines evoluciona con el mundo, y con cada persona. Y en este libro se narra a través de los jardines de los pensadores, los artistas y los arquitectos de la historia. Una historia que es la de la felicidad, la buena vida y el uso del tiempo y del espacio, en un libro único que habla sobre todo del placer.


Santiago Beruete

Santiago Beruete (Pamplona, 1961) es licenciado en Antropología y Filosofía, y se doctoró en esta última disciplina con una tesis sobre jardines. Vive en Ibiza y, cuando no está en el jardín o escribiendo, imparte clases de Filosofía y Sociología.


Elogio de la planta. Francis Hallé


Está en nuestra naturaleza. Somos animales, y lo vegetal nos es tan profundamente ajeno que, aun rodeados de plantas, apenas somos capaces de individualizarlas en el paisaje. Francis Hallé, botánico experto en ecología de los bosques tropicales, nos propone en este "Elogio de la planta" una comparación detallada entre planta y animal, un recorrido ameno y asequible por todo aquello que caracteriza a los vegetales y a la vez los hace tan extraños para nosotros 'fijación al suelo, crecimiento indefinido, arquitectura colonial, plasticidad morfológica y genética, mecanismos evolutivos, etc.', y nos muestra cómo «conceptos tan fundamentales como los de individuo, genoma, sexualidad, especie o evolución han de adaptarse o transformarse para que podamos alcanzar una biología objetiva.... Una extraordinaria visión panorámica, apoyada en numerosos dibujos excepcionalmente expresivos y certeros, que pretende despojar nuestra mirada de todo zoocentrismo y ayudarnos a entender algo mejor en qué consiste «ser una planta.